El Consejo de Ministros aprobó ayer la reforma de los incentivos a la contratación laboral, que establece nuevas bonificaciones para promover la contratación y el mantenimiento del empleo estable.
Se da prioridad a aquellos trabajadores de colectivos vulnerables o de baja empleabilidad, como parados de larga duración, jóvenes, mujeres y personas con discapacidad.
La contratación temporal ya no estará bonificada, salvo para los contratos de sustitución ligados a la conciliación de la vida laboral y familiar.
La norma entrará en vigor en septiembre y desaparecen las reducciones de cotizaciones.
Las empresas que reciban incentivos a la contratación tendrán que mantener el empleo durante tres años y estos incentivos pasan a ser lineales, y no porcentuales.
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