El sector de la gran distribución y los industriales canarios rechazaron ayer el impuesto a las bebidas azucaradas y la bollería industrial. Aseguran que no servirá para reducir el consumo de estos productos y sí para destruir empleo y empresas.

La Asociación Canaria de Medianas y Grandes Empresas de la Distribución (Asodiscan) y la Asociación de Industriales de Canarias (Asinca), coinciden en rechazar este impuesto que prevé crear el Gobierno regional.

Ambos están de acuerdo en fomentar los hábitos de consumo saludable pero creen que un impuesto no es la forma, pues estiman que perjudicará al sector industrial y a los propios consumidores.

La competencia saldría ganando, pues para el consumidor sería más caro e interesaría traer el producto desde la Península.

Los industriales consideran además que el impuesto agravaría el problema de economías de escala que tiene ya la industria de Canarias, así como supondría un encarecimiento de la cesta de la compra.

Los expertos en nutrición dudan

Los expertos en nutrición no creen que la tasa sea la solución para reducir el consumo de ciertos productos.

Ven la medida como «claramente recaudatoria» y solo tendría sentido si lo recaudado se destinara a fomentar hábitos de alimentación más saludables.