El Ministerio de Sanidad ha rechazado la idea que tenía el Gobierno de Canarias de hacer test en destino a todos los viajeros que lleguen por mar y aire.
Desde el Ministerio se negó ayer la posibilidad de hacer pruebas masivas, pero sí estudiará hacerlas de manera selectiva, según determinados parámetros sanitarios, como por ejemplo grupos de viajeros que procedan de zonas conflictivas.
No es lo que esperaba el Gobierno regional, pero permite al Archipiélago tener mayor control que otras regiones del país.
Estos test se sumarían a la toma de temperatura, la encuesta epidemiológica y el control médico visual en los puntos establecidos en los aeropuertos. También se hará rastreo y control de los casos, ya que los viajeros estarán localizados.
En principio, el coste de las pruebas correrá a cargo de Canarias.
La consejería de Turismo había anunciado que Canarias trataría de complementar este plan si no es posible hacer test en origen. El Gobierno regional se plantea hacer las pruebas en destino pero el Estado tiene las competencias.
Con la apertura de fronteras la semana que viene, las islas trabajan sin margen en un plan turístico. Quieren ofrecer incentivos a las aerolíneas para que estas animen a los pasajeros a someterse a las pruebas al llegar a Canarias. Pero esto tiene un coste de 800.000 euros solo en infraestructura. Hacer pruebas a todos los viajeros costaría unos 40 millones de euros hasta final de año.