El barómetro de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) de abril refleja que el número de trabjadores por cuenta propia que piensan que la crisis les obligará a echar el cierre este año está en torno a los 300.000.
De ellos, 200.000 tienen la intención de darse de baja en el RETA cuando acabe la prestación por cese de actividad el próximo 31 de mayo. Son el 41% de los 470.000 que aún están acogidos a esta ayuda.
Por este motivo, el presidente de ATA, Lorenzo Amor, pidió negociar cuanto antes la prórroga del cese de actividad y establecer una nueva ayuda por cuatro meses para esos autónomos que ya saben que no seguirán con sus actividades.
Amor apuesta también por hacer lo mismo con los ERTE.
Tras un año de pandemia, unos 350.000 autónomos, el 11,7%, tienen aún cerrada su actividad. Un 64% tienen algún tipo de restricciones y un 52,2% afirma que, aunque ha abierto, está funcionando al 50%.
Los que están funcionando con normalidad aumentan cinco puntos respecto al mes anterior, hasta el 28,8%. Solo un 1,9% reconoce que su negocio va mejor que antes.
Un 76,9% de los autónomos afirma que las ventas se han reducido respecto al año anterior. Para seis de cada diez la caída ha sido superior al 60%.
Un millón de trabajadores por cuenta propia, el 30%, tiene pérdidas superiores a los 30.000 euros.
Las pérdidas acumuladas por el sector desde que empezó la pandemia superan los 75.000 millones de euros, según ATA.