Los autónomos españoles, que en su inmensa mayoría cotizan por la base mínima, soportan las cotizaciones a la Seguridad Social más elevadas de Europa.
Los empleados por cuenta propia de la mayor parte de países europeos asumen cuotas mucho más bajas y rebajas más importantes al comienzo de su actividad. No obstante, los emprendedores españoles cuentan con mayor protección y derechos, equiparándose con los asalariados, como el acceso a la jubilación, la incapacidad temporal, la baja por maternidad y paternidad o la cobertura por desempleo.
Antes de que el año que viene empiece a regir el nuevo sistema de contización por tramos, la gran mayoría de autónomos que cotizan por la base mínima pagan 293,94 euros mensuales. En el caso de los societarios, su cotización se eleva hasta los 377,87 euros. Solo un 6% opta por la cuota más elevada, que puede llegar hasta los 1.266,66 euros.
En casi toda Europa, las cuotas dependen de los ingresos. En algunos países, incluso, no se paga nada si se ingresa poco. El problema es que los seguros médicos suelen pagarse aparte y no disfrutan de otro tipo de protecciones.