El precio de los fletes se ha disparado en los últimos meses. Los de Asia son los que más se han incrementado, en torno a un 500%. Traer un contenedor de China cuesta hoy unos 6.000 euros por los poco más de 1.000 que costaba en 2019. En el resto del tráfico internacional la subida ronda el 30%.
La Covid-19 ha modificado la operativa del tráfico marítimo, con pocos barcos, menos líneas y puertos saturados. Además, el comercio electrónico y los pedidos han subido fuertemente, pero hay un déficit de contenedores.
Todo ello repercute en el precio final que paga el consumidor, que sufre una subida de casi todos los bienes.
En consecuencia, el comercio asume mayores costes para no repecurtir toda esta subida en el consumidor. Pero es inevitable que suban los precios y el consumo se resienta.