El IPC no para en su escalada. El indicador adelantado registra un aumento del 10,2% interanual, una cifra que no se veía desde el año 1985.
Carburantes y alimentos sustentan esta subida.
No han tenido efecto las medidas del Gobierno de poner un precio límite al gas y la bonificación de las gasolinas.
La inflación subyacente, que no incluye los alimentos frescos ni la energía, sube hasta el 5,5%, su nivel más elevado desde 1993, durante otra crisis energética.
En términos mensuales, el IPC subió un 1,8% respecto a mayo.
Desde el Gobierno ya reconocen que esta tendencia alcista no va a frenarse a corto plazo, tras aprobar el pasado sábado nuevas medidas para luchar contra ella. Las aprobadas anteriormente, no han tenido el efecto deseado.