El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) ha estudiado el nivel de competitividad de las empresas familiares españolas. Las clasifica en cuatro grupos: superiores, sólidas, modestas y frágiles, siendo las dos primeras las que tienen un tamaño mediano o grande.
En el caso de Canarias, las sólidas son el 15,6% y las superiores, un 1,7%. Las islas están solo por debajo de Madrid, donde ambos grupos representan un 17,9%.
El IVIE recuerda que el tamaño medio de las empresas se asocia normalmente a su competitividad y a su mayor contribución al empleo y creación de valor añadido. Canarias cumple con esta regla: las empresas superiores aportan el 44,7% de los puestos de trabajo del global de los negocios familiares, una cifra que solo supera la Comunidad Valenciana. Las sólidas generan el 26,5%, el séptimo dato más alto del país.
Ambas categorías, superiores y sólidas, crean el 82% del valor añadido que aportan las empresas familiares en las Islas, la segunda proporción más elevada tras Baleares (83%).
La estructura de propiedad y el sistema de gobierno de los negocios también determinan su competitividad, y aquí está el punto débil de Canarias. El Archipiélago es la región con menor proporción de negocios familiares medianos y grandes con dos o más accionistas, solo un 59,1%. También ocurre con las empresas pequeñas, con solo un 54,6%.
En cuanto a los sistemas de gobierno, solo el 32,7% de tamaño mediano y grande en Canarias cuentan con consejo de administración, la menor tasa del país. En el caso de las más pequeñas, es un 27,9%.