El negocio turístico de Canarias debe mejorar la calidad de su clientela, es decir, su capacidad y voluntad de gasto.

El Archipiélago cerrará el año con más de 16 millones de turistas, un incremento del 6,7%. Sin embargo, el dinero invertido a diario por cada visitante solo crece un 1%.

El gasto total de los viajeros durante el año pasado fue superior a los 18.000 millones de euros, un avance del 9,1%. Pero este crecimiento no obedece a un aumento similar del poder adquisitivo de los clientes, sino a las llegadas y los precios hoteleros.

Aproximadamente la mitad del desembolso de los visitantes revierte en Canarias, bien en gasto hotelero, tasas aeroportuarias o excursiones. 9.000 millones de euros el pasado año.

Pese a que se han acometido reformas en buena parte de la planta alojativa, el turismo de masas sigue siendo el predominante, en gran medida por los problemas de destinos competidores.

Ante esa situación, los responsables políticos del turismo canario optaron por promocionar los puntos fuertes de Canarias, como pueblos, gastronomía, cultura o seguridad, además del turismo de sol y playa.

La coyuntura actual invita a pensar que el crecimiento turístico se ralentizará por la vuelta de competidores y por el efecto del brexit, que se notará más a partir de 2019.

También se está notando una reducción de la estancia media. Hay más clientes pero en menos días, por lo que la facturación se mantiene en los mismos niveles.