Las economías más desarrolladas del mundo, el G7, acordaron el pasado sábado una reforma del sistema fiscal global.
Las grandes multinacionales tecnológicas tendrán que hacer su contribución fiscal.
El acuerdo implica que el tipo mínimo del impuesto de Sociedades en todo el mundo sea del 15%.
La idea es adaptarse a la era digital global y que estas grandes compañías paguen de forma más justa.