El nuevo informe macroeconómico del Banco de España confirma que la recuperación de la economía tras la pandemia, aunque continuará, se ha ralentizado bastante.
El alza de los precios energéticos y la guerra de Ucrania son los grandes culpables. La aportación del consumo privado al PIB será mucho menor.
Por este motivo, el avance de este año será del 4,5%, un punto menos de lo esperado hace tres meses.
Las familias tendrán que tirar de ahorros para pagar la cesta de la compra. El IPC cerró el mes de abril en una tasa del 9,8%, y la tendencia continuará, al menos, hasta julio.
El BCE prevé que la inflación termine el año en un 7,5%, casi cuatro puntos más que la previsión anterior.
Para el año que viene se espera una media anual de los precios del 2%.