La decisión de los tomateros canarios de reducir la superficie de cultivo por el temor al brexit ya tiene consecuencias en forma de despidos.
Según algunas fuentes, en lo que llevamos de año el sector del tomate ha destruido unos 300 empleos y el ajuste continuará. Los puestos que se verán más afectados serán los fijo-discontinuos que las empresas contratan una vez que la campaña está más avanzada.
Los productores son pesimistas con el incierto futuro del sector. Esperarán acontecimientos sobre el brexit para tomar decisiones de producción.
Por otro lado, critican que desde que en 1996 Marruecos empezó a comercializar tomate en Europa la UE no haya defendido al producto canario contra los incumplimientos marroquíes.