El Gobierno de Canarias considera que el Estado debe darle un trato diferenciado por el impacto económico y social de la crisis sanitaria, dada su situación peculiar como región ultraperiférica.
La lejanía del continente ha sido favorable para frenar la pandemia, pero también eleva el golpe económico por la exclusiva dependencia del turismo.
El presidente, Ángel Víctor Torres, ha avanzado que Canarias pedirá al Gobierno central que distribuya los 16.000 millones que prevé destinar a las comunidades autónomas de acuerdo al impacto socioeconómico de los territorios.
Torres insiste en la situación de las islas, cuyos ingresos propios procedentes del IGIC, que depende directamente del consumo, van a verse especialmente afectados.
El presidente ve imprescindible poder utilizar el superávit y la capacidad de endeudamiento, además de que las corporaciones locales puedan disponer de su remanente.
El presidente canario confía en que el próximo 11 de mayo todas las islas puedan estar en la fase 1 del plan de desescalada.