El comercio ha optado por adelantar las rebajas para animar un consumo muy tocado por la alta inflación.
Los empresarios saben que las familias tienen que recortar gastos de algún lado y su sector es uno de los más damnificados.
El segmento de la moda, especialmente dañado desde la pandemia y que sigue sin recuperarse, es el primero en animar la campaña.
Pero lo harán las grandes firmas, el pequeño comercio sí esperará al 1 de julio.
Grandes y pequeños aspiran a alcanzar las ventas del año 2019, para lo cual tendrían que crecer entre un 10% y un 15% respecto al año pasado. Sin embargo, lo ven casi imposible dada la situación económica, a pesar de que la normalidad sanitaria se ha recuperado.