La Comisión Europea ha diseñado un plan de emergencia para contrarrestar a corto plazo las subidas de la luz y el gas.
Durante el último año, los precios minoristas del gas han crecido un 65% y los de la electricidad, un 30%. La guerra en Ucrania empeora la situación.
El plan tiene tres puntos clave. El primero es subvencionar directamente el precio que paga el consumidor, además de bajar los impuestos del gas y la electricidad.
En segundo lugar está la posibilidad de limitar los precios de la electricidad mayorista, aunque esto tiene el riesgo de que las eléctricas se «fuguen» a países terceros sin esta limitación. También se estudia limitar los precios en origen del gas.
El tercer punto habla de compras conjuntas a nivel europeo de gas, estableciendo relaciones a largo plazo con terceros países suministradores.