El Gobierno pretende multiplicar las cotizaciones sociales de las empresas por los contratos temporales ultracortos, con el objetivo de reducir los elevados niveles de temporalidad.

Los últimos datos del SEPE indican que en septiembre se firmaron 1,9 millones de contratos en España, de los que el 22% duraron menos de una semana.

Los contratos temporales ya tienen obligación de pagar más cotizaciones que los indefinidos pero solo los de menos de cinco días tienen un recargo especialmente elevado. La idea ahora es extender dicho gravamen más allá de esos cinco días y poner mayor atención en las intermitencias.

La cuota de contingencias comunes en el caso de los contratos de menos de un mes podría triplicarse.